ImPact
Guía de implementación y monitorización de políticas de PHS

Igualdad de género y equilibrio trabajo-vida

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  • Objetivo 6: Igualdad de género y mejor equilibrio trabajo-vida para los usuarios

El aumento de los índices de actividad femenina crea la necesidad de medidas para apoyar el equilibrio trabajo-vida. En las mujeres de la mayoría de los países aún recae la mayor parte de la carga de las “tareas domésticas”, por una división desigual del trabajo en el hogar. Esto se ve claramente en los resultados del Eurofound (2012a), que indican que, en cuanto al tiempo empleado en actividades fuera del trabajo remunerado, las diferencias entre hombres y mujeres son sorprendentes, en concreto en las tareas domésticas y, en meno medida, en el cuidado de niños. La igualdad de género no se respeta en este campo y las consecuencias para las mujeres son amplias y visibles a largo plazo, con mayor riesgo de vulnerabilidad y pobreza, menores ingresos y menos poder adquisitivo, brechas pensionales, etc.

Según un informe reciente del McKinsey Global Institute (2015), si cada país igualara el progreso hacia la paridad de género de su vecino con una mejora más rápida, el PIB global aumentaría 12 billones de $ antes de 2025. El informe también indica que “la menor representación de las mujeres en trabajo remunerado contrasta con su mayor representación en trabajo no remunerado. El setenta y cinco por ciento del cuidado no remunerado total del mundo lo realizan mujeres, incluidas tareas vitales que hacen que los hogares funcionen, como el cuidado de los niños, el cuidado de ancianos, cocinar y limpiar. No obstante, esta contribución no se cuenta en las medidas tradicionales del PIB. De modo conservador, calculamos que el trabajo no remunerado que realizan las mujeres hoy en día asciende a 10 billones de $ de producción al año, que equivale más o menos al 13 % del PIB global.”

En general, tanto para hombres y mujeres, las medidas de PHS permiten conciliar mejor el trabajo y la vida privada, al facilitar la externalización de parte del trabajo doméstico. A este respecto, la prestación de PHS es de vital importancia. Junto con un mejor equilibrio trabajo-vida, el uso de PHS también permite a los usuarios (en especial a las mujeres) trabajar más horas que antes antes de externalizar esos servicios, o incluso quizá les permita volver a entrar en el mercado laboral. Así pues, los PHS podrían mejorar la igualdad de género a la hora de acceder al empleo. Por consiguiente, en general, tanto para hombres como mujeres, los PHS podrían tener un impacto significativo en el empleo de usuarios. Sin embargo, es importante mencionar que dichos efectos son solo relevantes en el caso de hogares que no utilizaran PHS antes, incluso en la economía no declarada.

En Bélgica, el 18 % de los usuarios de cupones de servicio consideraron que la motivación principal de entrar en el sistema es una mejora en el equilibro trabajo-vida. El tiempo ahorrado al externalizar tareas domésticas se reasigna principalmente a la familia (23 %), otras tareas domésticas (22 %), entretenimiento (20 %) y descanso y salud (17 %) (IDEA Consult). En Suecia, por cada hora comprada de servicios domésticos mediante la deducción impositiva RUT, las mujeres casadas (entre 25-55 años) ganaban 1,8 horas, de las cuales el 60 % se utilizaba para trabajo remunerado (Halldén, 2014).