Según lo especificado por la Comisión Europea, la inclusión social es «un proceso que garantiza que las personas en riesgo de pobreza y exclusión social lleguen a tener las oportunidades y los recursos necesarios para participar plenamente en la vida económica, social y cultural y a gozar de un nivel de vida y bienestar que se considera normal en la sociedad en la que viven. Se asegura que tengan una mayor participación en la toma de decisiones que afecta a sus vidas y al acceso a sus derechos fundamentales”.